06 d’agost 2006

Descuajaron un árbol


Hace cosa de un año, unos jardineros espluguenses poco conocedores de su oficio talaron un pobre árbol que, aunque parecía muerto debido a una caída de hojas en verano, estaba bien vivo. Dejó caer todas sus hojas por el tremendo calor que hacía en esas fechas; a pesar de eso era fácil ver que seguía vivo.

Durante sus 18 años de vida le ví cada día. Me dolió que lo cortaran. Este poema de Rafael Alberti me recuerda a él:

Han descuajado un árbol. Esta misma mañana
el viento aún, el sol, todos los pájaros
lo acariciaban buenamente. Era
dichoso y joven, cándido y erguido
con una clara vocación de cielo
y con un alto porvenir de estrellas.

Hoy, a la tarde, yace como un niño
desenterrado de su cuna, rotas
las dulces piernas, la cabeza hundida,

Desparramado por la tierra y triste,
todo deshecho en hojas,
en llanto verde todavía, en llanto.

Esta noche saldré – cuando ya nadie
pueda mirarlo, cuando ya esté solo –
a cerrarle los ojos y a cantarle
esa misma canción que esta mañana
en su pasar le susurraba el viento.

Rafael Alberti